Un correntoso río con
frías aguas que desciende de los Andes, una vista de verdes y nubladas montañas
en la parte alta, grandes árboles en las riberas, mamíferos, aves e insectos que
emiten sus característicos sonidos, una leve lluvia que cae sobre la selva
amazónica y un conjunto de experiencias sensoriales componen los elementos de
la Aventura que está por comenzar en Napo, provincia de la Amazonía del país de
los cuatro mundos: Ecuador.
Al salir de Tena,
capital de Napo, en dirección al río Jatunyacu, cuyo significado en kichwa es
“Agua grande”, el equipo de la revista Trade Ecuador experimentó una sensación
de expectativa e incertidumbre respecto a lo que sería practicar rafting por
primera vez. Una vez que llegamos al lugar de embarque, la adrenalina y las
emociones se hacen presentes al saber que practicaremos uno de los deportes de
Aventura más emocionantes que existen: el rafting.
El río Jatunyacu es un afluente que se forma de los ríos Mulatos y Verdeyacu, que a su vez nacen de las vertientes del volcán Cotopaxi y de las lagunas del Parque Nacional Llanganates. A su vez el Jatunyacu, junto con el río Anzu, son los principales tributarios del majestuoso río Napo, que atraviesa la parte norte de la Amazonía del Ecuador y desemboca en el gran río Amazonas.
Se requiere un
considerado esfuerzo físico para remar durante el trayecto, ya que muchas veces
se requiere remar contra corriente y para evitar los “huecos”, sitios
específicos donde el río se torna muy torrentoso y puede voltear el bote.
Repentinamente nos hallamos en otro rápido, el cual tiene grandes olas
(considerando que es un río) y gritamos emocionados cuando el bote se levanta y
vuelve a bajar rápida y bruscamente durante ese tramo del río Jatunyacu.
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